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En esta revista electrónica que se publica anualmente se plasman trabajos y contribuciones a la enseñanza de las lenguas que reflejan el nivel académico de su cuerpo de profesores. ISSN 1853-614X

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Galileo Galilei


Beatriz A. Chiappa

 

 

Luisa Armentini

El 19 de octubre y en el marco de la VIII Settimana della Lingua Italiana, la profesora Luisa Armentini, lectora del Consulado de Italia en La Plata y responsable de los cursos de Italiano de la Escuela de Lenguas disertó, en la Escuela de Lenguas, sobre el tema: "Galileo Galilei, principales descubrimientos, cuestiones morales y consecuencias de sus descubrimientos en el campo de la ciencia".

Galileo, il Maestro sacro della scienza, nació cerca de Pisa el 15 de febrero de 1564. A través de algunas cartas, se sabe que su madre Giulia Ammanati di Pescia tuvo poca repercusión en su vida, no así su padre, Vincenzo Galilei, hombre de vasta cultura humanística, compositor, teórico y renovador de la música. Había elaborado una teoría musical innovadora en el ámbito de la polifonía medieval, experimentando de un modo práctico sus teorías. Galileo estuvo así, en contacto con el método empírico que aplicaría más tarde en sus investigaciones.

Por voluntad de su padre en 1581, ingresó en la Facultad de Medicina de la Universidad de Pisa, en la que pudo conocer en profundidad el pensamiento aristotélico. En 1589 consiguió un cargo en el Estudio de Pisa en donde redactó un texto sobre el movimiento que mantuvo inédito en el que refutó las explicaciones aristotélicas sobre la caída de los cuerpos. En 1592 fue elegido para la cátedra de matemáticas de la Universidad de Padua. Allí se inició el período más creativo de su vida que se prolongó hasta 1610.

En 1609 en una visita a Venecia conoció un nuevo instrumento óptico, creación de un holandés. Era una anteojo cuya importancia práctica comprendió inmediatamente, mejorándolo mediante tentativas prácticas, apoyadas en teorías incipientes. Su mérito innegable reside en que fue el primero que lo aprovechó científicamente. Observó las montañas y cráteres de la luna, describió cuatro satélites de Júpiter, lo que contradecía el principio de que la tierra fuera el centro de los movimientos de los astros, las fases de Venus, semejantes a las lunares, las manchas solares.

Su adhesión a las teorías de Copérnico le valieron las críticas de sus adversarios entre los que se contaban los eruditos de Europa. El cuestionamiento de la centralidad de la tierra podría derivar en un cuestionamiento sobre la centralidad del hombre, tema que preocupó a la Iglesia. Ante la evidencia de que sus ideas podrían acarrearle conflictos con la autoridad eclesiástica, Galileo defendió su pensamiento en una carta dirigida, en 1615, a Cristina de Lorena. Se manifiesta como un creyente. Sostuvo que Dios había otorgado al hombre el don del intelecto a través del cual conoce la verdad. Admitía que no podía existir ninguna contradicción entre la verdad de la Biblia y de la ciencia. Eran independientes, pero la verdad proclamada en la Biblia recurría a metáforas con el fin de ser entendidas por el pueblo. Si el escritor sagrado hubiera tenido la intención de negar la razón o de enseñar las verdades sorprendentes de la Astronomía, no hubiera utilizado tan pocas líneas, sin nombrar a .los planetas y cuerpos celestes excepto la luna, el sol y Venus bajo el nombre de Lucero.

Este conflicto animó a Galileo a publicar bajo forma de diálogo una exposición sobre la cosmología copernicana Dialogo sopra i due massimi sistemi del mondo tolemaico e copernicano, gran obra en la que da a conocer sus descubrimientos astronómicos que no dejan dudas sobre la verdad del copernicanismo.

En 1618 publicó Il Saggiatore a raíz de una polémica con un sacerdote jesuita. Este libro, abundante en reflexiones acerca de la naturaleza de la ciencia y el método científico contiene la famosa frase: El libro de la naturaleza está escrito en lenguaje matemático.

En su retiro completa la más importante de sus obras: los Discorsi e demostrazioni matematiche intorno a due nuove scienze publicado en 1638. Demostró las leyes de la caída de los cuerpos en el vacío y elaboró una teoría del disparo de proyectiles. La generación siguiente encuentra en esta obra el camino para las investigaciones sobre la ciencia de la mecánica.

En la madrugada del 8 al 9 de agosto falleció en su quinta de Arcetra, cerca de Florencia.

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